Amigo
Edgardo:
Hace
algún tiempo que no escribo, bien ocupado he estado en los últimos 45 días.
Pero nada justifica la demora con el escrito sobre el exorcismo….. ahí
te va el nombrado tema:
Los
nombres de las personas envueltas en este suceso serán omitidos, se hará
referencia a los mismos llamándolos por sus iniciales……………..
Esto
sucedió en el verano del año 1993 en Ciudad de la Habana, Cuba.
Se
encontraba el señor V. envuelto en una cadena de extraños
acontecimientos desde hacía casi un año. Su esposa, una señora
extremadamente sensitiva, también vivía en esos meses impactantes
experiencias psíquicas ( visiones, lejanos recuerdos que nada tenían que
ver con su vida actual…)
Un
día el señor V. fue invitado por su suegro, el señor H., a participar
en una reunión espiritual que se llevaría a cabo en casa
de
un conocido. El señor V. aceptó de buen gusto, esperando encontrar
personas con ideas afines con quienes compartir puntos de vista y aclarar
dudas.
El
día de la cita el señor V se presentó con su suegro en el lugar
acordado. Era una antigua casa un
tanto reducida, y la inundaba una rara atmósfera, al menos así lo
percibió el sr. V. Enseguida los pasaron a un salón donde les esperaba
un hombre de unos 35 años , de tez muy pálida y cabello oscuro, se
presentó como Manuel e inmediatamente comenzó a hablarle al sr. V.
diciendo que lo esperaba desde hacía mucho tiempo,
que el vínculo que había entre ellos debía el sr. V. descubrirlo
por sí solo. Al sr. V. esto le pareció muy extraño, especialmente la
sensación de familiaridad que experimentó cuando los presentaron. Aún
así el escepticismo lo abrumaba, no siempre encuentras a un tipo raro
diciendo conocerte desde hace mucho y por si esto fuera poco ese
sentimiento de veracidad que experimentaba.
En
el salón habían una serie de misteriosos objetos, el sr. V. apenas podía
adivinar las siluetas de los
mismos bajo la suave penumbra que reinaba en el lugar. En la parte del
este parecía haber una pirámide. En el salón estaban presentes otras
personas que les serían presentadas al terminar la visita.
El
sr. Manuel conduciría la reunión, les pidió a todos que se sentaran, y
estuvieran en reposo con los ojos cerrados. Luego comenzó a cantar con
voz grave los sonidos AUM, RA, OM.
El
sr. V. entró en una especie de estado de sueño, no tenía sensaciones físicas,
en ese estado hizo una especie de viaje a través de un túnel de rocas
hasta el interior de la pirámide. Allí se mantuvo como observador de una
ceremonia, al parecer iniciática. Deseaba, pero no podía verse a sí
mismo.
Al
terminar aquella reunión, les dieron la bienvenida al sr. V y su suegro,
como miembros del grupo místico que dirigía Manuel.
Después
de ese día el sr. V. comenzó a vivir una casi interminable cadena de
extraordinarios acontecimientos. Una noche sintió la necesidad de
escribir, no sabía exactamente qué, pero cuando lápiz y papel
estuvieron en sus manos; un caudal de imágenes, sentimientos, y sucesos
de otra vida fueron impresos en el papel, estos manuscritos conservados
por el sr. V. fueron comprobados en su veracidad algún tiempo después.
Todos los sucesos giran alrededor de la Gran Pirámide Keops, su
construcción, sus constructores ( seres que llegaron del sistema de Alsión),
sobre el templo iniciático bajo la Esfinge del Valle de Giza, los túneles
que conducen al interior de la Pirámide, La oculta Cámara de la Sabiduría
que profetizara Edgar Cayce ( hechos que el sr. V. desconocía), el
desenlace de aquella etapa, hechos históricos del antiguo Egipto de los
cuales el sr. V. nunca antes había tenido conocimiento.
Las
visitas a la casa del sr. Manuel continuaron. En una de esas extendidas
visitas el sr. V. le contó a Manuel de sus experiencias, cosa que lo
impactó profundamente, y juntos comenzaron a rememorar
sucesos del pasado.
El
sr. Manuel se mostraba muy interesado en conocer a la esposa del sr. V. Un
día se presentó la ocasión y el sr. V., su esposa y su suegro fueron a
la casa de Manuel.
Manuel
los recibió y rápidamente los hizo pasar al salón de las reuniones. La
sra. T ( esposa del sr. V.) se sentía muy nerviosa, especialmente cuando
Manuel le preguntó si ella lo reconocía, la sra. T. le dijo a su esposo
que se quería marchar, porque ese lugar no le gustaba. Manuel se le acercó
a ella y le dijo:
-
Por mis venas corre la sangre del consagrado!!!!
La
sra. T. se incorporó y echó a andar para salir del lugar, mientras el sr. Manuel
con el rostro cenizo se desplomó en un asiento cercano a él. La sra. T.
salió del salón a otra
habitación más amplia, golpeando con su cuerpo el espacio vacío de sus
laterales como si allí se elevaran sólidas
paredes. Todos la siguieron tratando de saber qué pasaba, su
esposo la llamaba por su nombre, pero ella continuaba su lastimero escape.
Los
hechos se sucedieron muy rápidamente, la sra. T. entró a otra habitación,
allí su esposo la alcanzó y trató de detenerla, pero ella le agarró
del brazo izquierdo tan fuertemente que él cayó de rodillas. En ese
momento llegaron al lugar otras personas que se encontraban ese día como
de costumbre en la antigua casa, eran unos cuatro hombres, que a pesar de
sus esfuerzos apenas podían controlar a la sra. T. ( de unas 110 libras
de peso y 5.3 pies de estatura) que gritaba cosas en un lenguaje extraño
mientras su cuerpo se debatía en horribles espasmos, el rostro casi
irreconocible por la violencia que reflejaba. El sr. Manuel se le acercó
con un crucifijo en la mano : - En el nombre de……!!! – apenas pudo
escapar ( retrocediendo de un salto) a la dentellada que le lanzó la sra.
Una
vez más la situación se escapaba fuera del control de quienes sujetaban
a la sra. T. ( las fuerzas mermaban). El suegro del sr. V. trataba de
hablarle a su hija y calmarla, pero era en vano. Manuel regresó
nuevamente esta vez con un cáliz de agua bendita, pidió que la sujetaran
bien y le logró hacer con el agua la señal de la cruz sobre la frente y
le roció el líquido en el rostro y
la cabeza. La sra. T. automáticamente perdió las fuerzas y cayó
al suelo sin conocimiento.
Minutos
después recobró el sentido y rompió a llorar preguntando qué le había
sucedido y qué le hicieron. Todos estaban espantados, en silencio,
algunos no encontraban una explicación lógica para lo que habían
presenciado. El sr. Manuel les pidió al sr. V. y al suegro que la
mantuvieran bajo supervisión constante y no hablaran del asunto con ella,
ni le hicieran preguntas. Según los acontecimientos todo parecía indicar
que se trataba de un caso de posesión maligna.
Esa
noche la sr. T. durmió profundamente, a diferencia de su esposo que se
preguntaba el por qué de lo sucedido.
Al
siguiente día Manuel le hizo una llamada telefónica al sr. H., suegro
del sr. V. y le explicó que tenía información sobre alguien que se
dedicaba a los exorcismos, un sr. que se nombraba J.B. ( reverendo de una iglesia). El sr. H. y su yerno, el
sr. V, decidieron hacer una cita con el Reverendo.
La
cita se fijó para el 30 de agosto de 1993, durante ese lapsus de tiempo(
unos 7 días) la sra. T. atentó contra su vida y la de su pequeño hijo,
(tratando de lanzarse al vacío en dos ocasiones con el bebé ). La
situación era cada día más tensa, las pesadillas, las alucinaciones
aumentaban para la sra. T, su salud física y mental se deterioraban. La
familia a penas descansaba, constantemente cuidando de la joven y su hijo.
La madre de la sra. T. le contó al sr. V que ya
le había sucedido esto a la joven unos meses antes de conocerlo a
él.
Llegó
el esperado momento, estaban justo ante la puerta de la casa del
Reverendo, una anciana los invitó a entrar en el recinto y los condujo a
una amplia habitación que le servía de lugar de trabajo y estudio al
propietario de la casa. Minutos más tarde se presentó el Reverendo, de
unos 40 años de edad, cabello muy negro y mirada demasiado profunda.
Se
encontraban en el lugar el sr. V. y su esposa ( sra. T.), el suegro del
sr. V., el sr. Manuel y otro joven presente la noche de los hechos .
El
Reverendo JB. Comenzó una plática muy interesante sobre el arte y les
mostró algunos de sus trabajos de pintura y talla en madera ( el sr. V.
se preguntaba cuando este tocaría el asunto que los reunía en ese
lugar).
Poco
a poco, con magistral dominio de la conversación, el Reverendo extraía
la información necesaria para el trabajo y luego acordaron la fecha en
que se realizaría ( 3 días más tarde). Pidió que estuvieran presentes
el esposo de la sra. T., el padre, Manuel,
y otra persona invitada. Quedando conformado el grupo por cuatro personas
además del Reverendo, cada una nacida bajo signos de fuego, aire, agua, y
tierra ( todos los participantes guardarían 3 días de ayuno y oración).
Llegado
el día se reunieron en casa del padre de la sra. T. y prepararon una mesa
a modo de altar donde se colocó un cáliz con vino tinto, un platillo con
un pan, una rosa roja y una vela encendida. El Reverendo trajo consigo su
Biblia y un extraño crucifijo compuesto de doce pequeñas cajuelas,
y en el interior de ellas doce piedrecilla del camino recorrido por
el Cristo en su vía crucis.
Ya
todo estaba listo para la ceremonia, el Reverendo pronunció oraciones en
latín y hebreo, luego todos realizaron un ejercicio de respiración y
meditación en el que unos a otros se entregan una rosa blanca ( el sr. V.
le entrega la rosa a su esposa), El Reverendo señaló que quien más
necesitaba esa rosa era la sra. T., después se sentó junto a ella y
comenzó a hablarle sobre la Biblia que llevaba en su mano, ella permanecía
muy serena. Minutos más tarde le mostró la cruz y le dijo que esa
reliquia había pertenecido a una Santa, cuando le acercó el crucifijo la
joven estalló en un violento ataque a dentelladas y se lanzó sobre el
Reverendo, todos reaccionaron y la sujetaron mientras el Reverendo comenzó
a hablar con voz vibrante en lenguas extrañas, el poder del sonido de las
palabras que pronunciaba era estremecedor, su mano sobre la cabeza de la
sra. T. , que ahora luchaba pero con menos fuerza, hasta que la dejaron de
sujetar, ahora sujeta por un poder superior que utilizaba de mediador al
Reverendo. Entonces le roció la cabeza con agua bendita y dijo: - Recibe
el Poder del Espíritu Santo !!! - la joven perdió el sentido, en ese
instante se hizo visible algo semejante a una pequeña nube gris que
desapareció sobre el altar. Luego se le ungió la frente con el signo de
la cruz con vino y se le dio de comer del pan y todos compartieron la simbólica
cena, cerrando la ceremonia con oraciones. El Reverendo le recomendó a la
sra. T. siete días de ayuno
y oraciones.
Semanas
después de concluir el
exorcismo, curiosamente el grupo de reuniones se desintegró por completo,
el sr. Manuel sufrió un ataque cardíaco que sobrevivió. La sra. T. y su
esposo continuaron en contacto con el Reverendo y su invitado.
Este
es a grosso modo el relato del exorcismo.
Abel
Acen ( 6/8/2000)
Estimado
Abel:
No
todos estamos expuestos a ese tipo de influencias. Esto se debe a específicos
aspectos entre planetas, impresos en el momento de nacer y bien
definidos en la Carta Astral. Neptuno y Mercurio son la puerta que
nos conecta con los mundos etéreos y espirituales. Su relación entre
si, con el resto de los planetas y su posición en la Carta, determinan
la facilidad o dificultad para ingresar a esos mundos, y también a que
tipo de influencias estaremos expuestos. Esto se denomina "Guardián
en el Umbral". Trascenderlo es el paso mas importante en la
evolución espiritual. Durante nuestra vida, los planetas en su
transitar, abren y cierran "puertas" de acceso a los
diferentes tipos de influencia. El conocimiento de estos tiempos y
periodos es fundamental para todo el que quiera intentar alguna
experiencia en esos planos (mental, espiritual). Sin duda que el que
trabaja activamente en dichos planos conoce y usa sus tiempos. Omitirlos seria
exponerse, desde el fracaso hasta duras experiencias, algunas veces
irreparables.
Es
mi intención que las experiencias y narraciones expuestas en esta
Comunidad sirvan a todos los que se interesen en su propia evolución.
Por eso, en cada narración incluyo una explicación practica. Sin duda
que otra opinión es bienvenida, y también, toda consulta o pedido
de aclaración.
Con
afecto, Edgardo Tousón por C.H.
A Principal
|